miércoles, 10 de diciembre de 2008

Disfraz

Hay cosas que se pierden en el tiempo de cada cual, no logro recordar desde cuando me gustan las artes marciales, siento que desde siempre,posiblemente no es asi, sin embargo han estado presentes desde que tengo conocimiento o conciencia de ellas, por lo que no es raro que no pueda definir esto.
Quizás una de las cosas que me llamo la atención de la práctica de artes marciales es la vestimenta, los asi llamados "kimonos" ( en realidad los trajes de practica en artes marciales se llaman Gi y se le agrega la respectiva arte marcial, por ej: Karate gi, judogi, etc. Solo las mujeres o geishas usan, efectivamente , kimono) le daban un aire de otro mundo, exótico, marcaban una diferencia con lo conocido por nosotros en una generación mucho mas ailsada y desconectada del mundo que la actual.
Recuerdo que en canal 7 daban una serie de un samurai (hoy se que la serie se llama Long wolf) expulsado de su clan, el viajaba con una especie de coche de madera donde llevaba a su hijo, una de las cosas que me hacia alucinar eran los trajes de los samurais y, por supuesto, los sables.
Hasta que llego el dia donde me puse por primera vez un karategi, fue emocionante cuando me lo pasaron por primera vez, sentir la textura, el sonido de la tela al lanzar un golpe, el amarrarse el cinturon y ver el conjunto reflejado en el espejo no hacia mas que generar una sonrisa espontanea de orgullo, el karategi significaba el inicio de un romance que hasta hoy ha durado, como todo romance , con sus peleas y fricciones.
En ese primer tiempo sentia que al ponerme el karategi me transformaba,era casi una acción sagrada, por un rato ( el que durara la práctica) viajaba en el tiempo y espacio, comulgando con todos los guerreros antiguos, realizando formas y movimientos milenarios, siendo uno con esa gran corriente de seres humanos que transitaron por esa misma senda, el traje de Karate era algo mas que un traje, era un disfraz, una armadura, un escudo.
Con el tiempo, como siempre , las cosas van adquiriendo otro color, el traje fue perdiendo el significado, lo que no perdio significación fue la práctica, la comunión , la sociedad perfecta y justa de los guerreros.
Me imagino que mucha gente debe pensar al verme vestido asi que estoy "disfrazado", y que cosa mas rara,hoy pienso que cada vez que me saco mi keikogi, que doblo mi hakama y salgo a la calle o a la vida me disfrazo, ese no soy yo, cada vez que ando con mi keikogi me siento bien, cada vez que termina la clase y estoy con mis hermanos de practica me siento en paz, en familia, y ojo no es que no me importe mi familia, no, al contrario, pero en ese momento soy yo, alineado, equilibrado, en paz, cada vez que descargo un golpe con mi bokken, o hago girar un jo, cuando proyecto o soy proyectado siento plenitud y vida, cuando salgo y me siento en mi oficina me disfrazo de alguien que se parece a mi pero claramente no soy, y cada vez que realizo el ritual de amarrar mi keikogi, correr el nudo del cinturón y ponerme mi hakama vuelvo a ser yo, disfrazado... en el resto del dia, nunca con el keikogi puesto.